jueves, julio 10, 2008


El otro día le enseñé a Pedro mi lista de cosas que hacer durante mi década de los 30. Nos quedamos de piedra, sobre todo yo, porque en un año ya he conseguido unas cuantas. Las que recuerdo ahora mismo son: conseguir que mis padres sean amigos, hacer el master, enamorarme y vivir una época en NYC. De hecho, estas 4 cosas son ahora mismo, lo que tengo más presente, por lo que respiro ahora mismo. Estoy en Nueva York con Pedro. Nos hemos venido 3 meses..., y como dice él; esto es la polla.

No recordaba que hubiera tanto colgado en NY, tanto percha, tanto personaje, tanto vagaba. Me chocan los contrastes como ver a una pija bebiéndose un café del starbucks sentada en un banco en Washington Square Park, junto a un homless mugriento durmiendo la mona al lado. Son cosas que en Barcelona pasan, claro, pero no en la misma escala que aquí.

Sales del metro y te encuentras a un chicano rebentado gritándole al cielo: "Huele a pescado!!". Estás en pleno midtown, zona restaurantes bien, tiendas de grandes marcas, cruzándote a 20 chicas con minivestidos cada 10 pasos, y te encuentras a un negrata de 2 X 2 sucio, sin camiseta y descalzo gritándole a un andamio: "You motherfucker, i'll kill you motherfucher, i'm gonna suck your fucking face fucking assholeeeeeeeeee!!!" Y lo mejor de todo es que la gente ni se inmuta. Te puedes poner a gritar en el metro, puedes ir en bikini a comprar tabaco, puedes ponerte un tutu para ir a la playa y la gente no se girará a mirarte en ningún momento. Esto mola, pero también no mola. Porque hay algo como de impersonal en todo esto, algo así como: Vive tu vida, ve a lo tuyo y todo te saldrá bien, o mejor dicho, nada te saldrá mal. No sé si me explico. Es como si hubiera miedo, asco, verguenza y pasotismo, todo mezclado en un mismo coctel. Te lo bebes cuando ves las notícias ultra-sensacionalistas de la Fox y lo digieres cuando sales a la calle.

Yo me negaba a entrar en ese juego... Me negaba y lo veía ridículo hasta que el otro día andando por la calle y chiflado se puso a perseguirme y acabó metiéndome mano hasta donde solo unos pocos han conseguido metérmela. Y no mola.. porque te corta en dos, te quedas como paralizado pensando.. "Joder, no me metas en el tablero, yo no quiero jugar a esto...".

Nueva York sigue igual en muchos otros aspectos. La variedad, la novedad, el arte, el consumismo, las pijadas máximas, los famosos (nos cruzamos con Alex Baldwin hace una semana andando por el east village), los diners, los clubs, los cines, los museos, los parques...

La búsqueda de trabajo se nos hace pesada. Hace mucho calor y somos ilegales. No hace falta entrar en más detalles.

Pero aquí estamos, en Brooklyn... decidiendo si esto es para nosotros o no, e intentando no hacer demasiados planes para un futuro que se nos antoja del todo imprevisible.

TO BE CONTINUED...