viernes, julio 22, 2005

De aburrimientos y batallitas. No os durmáis.

Llevo cuatro semanas trabajando como una esclava. Como tengo que madrugar y luego pasarme unas 10 horas en el curro, mi tiempo libre se reduce a intentar no morirme de calor y a ver a mis seres queridos realizando actividades que requieran el mínimo esfuerzo físico. Suena aburrido, ¿eh?. Ja! Pues sí, LO ES. Por supuesto, la géminis que llevo dentro, además de luchar contra unos días sumamente rutinarios, se retuerce ante pensamientos tales como que 'esto es ser un pureta: trabajar, volver a casa, cenita con los amigos, dormirse pronto por la noche, y madrugar parar volver a ir a trabajar'. Algo en mi mente se niega a querer aceptar que me hago mayor y que tengo responsabilidades que asumir y que estas requieren que mi ritmo de vida cambie y mengue en intensidad.
Por otra parte me encanta tener unos amigos con los que he ido creciendo y compartiendo etapas de la vida, y con los que puedo hablar de ello abiertamente. La mayoría me dicen que a ellos les pasa lo mismo que a mí y entre todos estamos intentando sobrellevar el tema del 'aburrimiento y la desgana' lo mejor posible. Las cenas en casa de uno o de otro son ya un 'must' en nuestras vidas. Un par o tres de días a la semana quedamos para vaciar nuestras respectivas neveras, bebernos unas cervezas y contarnos nuestras vidas. Nada que ver con las locuras de 'antaño', pero en fin..., a falta de pan...

Ayer cené con M y R. M, concretamente, lleva bastante mal lo de 'hacerse mayor'. Tanto, que en vez de suplir la DIVERSIÓN que tanto echa de menos poco a poco y con pequeñas cosas de la vida que llenen ese vacío, él se abstiene, se abstiene, SE ABSTIENE.., hasta que sin comerlo ni beberlo, un día cualquiera, se desfasa y pierde el control de la situación. Si a esto le sumamos que TODO LO RARO Y GROTESCO le pasa a él, ya tenemos el cóctel servido.

Y esto es lo que me contó M anoche:
Hace dos semanas M trabajó en un catering nocturno. Siendo el encargado, tenía la obligación de permanecer en el susodicho acto hasta que la fiesta hubiera terminado, para supervisarlo todo y devolver 'las sobras' al día siguiente con la furgoneta de la empresa. M me explicó que se vió en medio de una fiesta, alrededor de la una de la madrugada, sin gran cosa que hacer, rodeado de extraños y con unas ganas locas de irse a casa. Se aposentó en una de las barras del local a observar a la gente y a contar las horas, y para su suerte (o su desgracia), un 'observador' como él empezó a darle conversación. Conversación y whiskies gratis. Así pues..., la una, las dos, las tres.. dos whiskies, tres whiskies, cuatro whiskies..., cambio de discoteca..., cinco whiskies, seis whiskies..., las cuatro, las cinco, las seis... Y a las 7 llegó a casa no se sabe como y se puso a dormir.

Al día siguiente, con una resaca de caballo y sin acordarse ni de la cara de su compañero de copas, se dirigió a donde supuestamente había aparcado la furgo de su empresa, y OH-SORPRESA-NO ESTABA. Pensando, pensando, se acordó de que el traslado del local a la discoteca lo había echo con la furgo y no en un taxi como en un principio se creía. Llegó a la puerta de la discoteca, y OH-SORPRESA-NO ESTABA-SE LA HABÍA LLEVADO LA GRÚA.
Cuando llegó al depósito de la guardia urbana y piió por la furgoneta, los pitufos le encerraron en una habitación para someterle a un interrogatorio porque, OH-SORPRESA: LA FURGO ESTABA SINIESTRO TOTAL Y ENCIMA HABÍAN ENCONTRADO 50 GRAMOS DE HACHÍS DEBAJO DE UN ASIENTO.

Esto le pasó a M hace dos semanas. El desenlace tiene gracia porque sus 'explicaciones' han 'colado' y todo se ha resuelto felizmente y sin mayor bombo. De la misma manera que cuando le paró la urbana e iba conduciendo bajo los efectos del alcohol y sin querer le dió al botón equivocado y roció al agente en toda la cara con el chorrito del agua del limpiaparabrisas, no una, sino dos veces..., no en el mismo lado de la cara, sino en los dos. Si sí.., primero en uno, y luego en otro. Y el agente tuvo que elegir entre pegarle dos ostias o perderle de vista inmediatamente, y eso fue lo que hizo.
Y de la misma manera, M que es un bándalo y mea siempre donde y cuando quiere, una vez no podía aguantarse la ganas de vaciar la vejiga y la sacó sin darse cuenta de dónde la sacaba y cuando ya la estaba guardando dió una patadita 'sin querer' en la puerta de cristal de 3 por 3 metros que acababa de 'regar', y el cristal empezó a resquebrajarse y los 3 por 3 metros de puerta de cristal se le cayeron encima. ¿Y qué hizo M? ¿Qué hubieráis hecho vosotros? ¿Correr? Pues sí,va a ser que sí. CORRER RAUDO COMO EL VIENTO.

Rectifico: M no es un delincuente, ni un guarro ni un borracho empedernido.
M sólo se desfasa A VECES. Pero es que TODO le pasa a M.
También tiene historias bonitas que contar, como la vez que iba en moto a 70 kilómetros por hora, y de repente una paloma se 'picó' con él y quiso ganarle en la carrera. Se le plantó el bicho a medio metro de la cara y planeó a su lado hasta que un semáforo le dió al pájaro la victoria. Cuando nos lo contó empezó el relato con un "¿sabéis que las palomas vuelan a 70 kilómetros por hora?"
O como la vez en que su madre le despertó una mañana y empezó acribillarle con miradas críticas y preguntas tipo ¿Se puede saber qué te tomastes ayer por la noche?, cuando lo único que se había tomado era una aspirina con un vasito de agua. La pobre mujer no le creía porque al parecer le había encontrado a las 5 de la mañana totalmente desnudo en la bañera, sin agua, y no le había podido despertar. Entre ella y el padre tuvieron que arrastrarle a la cama y ponerle el pijama y debatir hasta la salida del alba qué iban a decirle a su hijo cuando al fin se levantara por la mañana. Si es que se despertaba... Y el pobre empezó el relato con un: "¿Sabéis?..., creo que soy sonámbulo".

Y así pasamos nuestras veladas..., contándonos batallitas. Ayer le tocó a M así que hoy, que me muero de ganas de escribir y no quiero atormentaros con mi insulsa rutina de: me levanto , me voy a trabajar y me acuesto temprano por la noche, os cuento las suyas. Podría seguir..., pero yo no acabaría nunca..., y vosotros acabarías odiándome o dejando el post a medias.

¿Estáis ahí? ¿Hay alguien que se lo haya leído entero? jejeje...

Qué ridícula es la vida adulta.

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