lunes, noviembre 21, 2005

No me tomo las cosas con filosofia.

¿Sabéis de lo que me muero de ganas? De que pasen los meses y releer estos posts en los que voy a hablar de lo mal que llevo las prácticas como profesora de filosofía en un instituto. Por qué? Porque así recordaré lo capulla que soy a veces y la imposibilidad de remediar mi conducta, aún sabiendo que es tonta y perjudicial para mí misma. No puedo evitarlo. Tengo pánico escénico.

Lo más raro es que sólo me pasa con gente adulta. No me importa hablar delante de una audiencia de 300, 1000 o 3 millones de niños. Ahora, no me pidas que hable delante de 5 adultos porque se me hace una pelota en medio del estómago y pierdo toda la seguridad en mi misma. Sin embargo, algo me dice que soy CAPAZ. Que una vez lo haga, lo SUPERARÉ. Es mi RETO, y lo que me va a llevar a conseguirlo, es que YA NO HAY VUELTA ATRAS. AHORA NO PUEDO DARME LA VUELTA Y SALIR CORRIENDO. EL ENEMIGO ME RODEA. POR TODAS PARTES.

EL Jueves voy a leer un cuento africano a una escuela. Anna, mi Eowyn, es profe de P5, y me ha pedido que vaya a leerles un cuento a sus alumnos. El cuento en sí se llama "FATOU, LA NENA TOSSUDA", y es un cuento Wolof, Gambiano, que me regaló ella hace ya un par de navidades. Me hace muchísima ilusión. No sólo por volver a tener a un montón de niños pendientes de mi huesos, sinó porque me van a pagar 40 euros por hacer algo que me encanta.

Ojalá me sintiera igual respecto a las putas clases de Filosofía.

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