SOL

"Quiero el sol. ¿Me entiendes? ¡Quiero el sol!"
Arthur Rimbaud.

Yo también lo quiero y eso es lo que he estado buscando este fin de semana. AIRE libre y SOL. Ha sido difícil volver hoy a casa para preparame para la semana que empieza mañana. No quiero que llegue mañana. Sólo quiero el sol.

¿Me entiendes?
No quiero estar triste, ni sentirme decepcionada, ni ahogarme en mis desilusiones.

Hoy iba en bici, tarde ya, recogiendo los últimos rayos de sol, escuchando música, observando a la gente..., y pensaba en que me gusta mi ciudad. La gente es rara en Barcelona, es peculiar. Hay de todo, evidentemente, pero basta esperar en un semáforo de la plaza universidad para enamorarse de esta ciudad, y querer quedarse. Si yo fuera extranjera y viniera a barna de vacaciones no me querría marchar..., o mejor aún, estaría deseando volver: lo mismo que yo siento por Nueva York, lo sienten otros por Barcelona, y no quiero que se me pase por alto, nunca más.

Quiero el sol, porque me adormece, y me calma, y me renueva de energía.

He seguido pedaleando y me he acordado de algunos desastres pasados de mi vida, y me he dado cuenta de que no sólo han dejado de doler, sino que han perdido importancia. El futuro es lo que importa. Y lo he visto brillante, hermoso, frente a mí. La posibilidad, desdibujada, de conseguir algo, y de tener una vida feliz, me ha saludado hoy cuando recordaba las palabras que mi padre me había dicho hacía apenas unas horas:
-VAS A TENER UN HERMANITO.

Mi padre va a tener otro hijo. Dentro de 6 meses. En Gambia. Con una chica que tiene mi edad.

Mi familia no es normal, es peculiar.

Y yo... "jo sóc de Barcelona, y sí, vull morirme de calor"

¿Me entiendes?