lunes, noviembre 15, 2004

Horas Muertas

Me siento rara cuando llegan las 9 de la noche y no tengo nada que hacer, ningún sitio al que ir o nadie con quien quedar. Antes, cuando iba al cole, lo único que podía hacer (o debía) era ducharme-cenar-irme a dormir. Durante los cuatro años que duró el instituto, lo único que podía hacer (o debía) era correr a pillar el último metro (antes pasaba a las 10 menos 10) para llegar puntual a casa-ducharme-cenar-intentar borrar la sombra de la culpa de mi mente por no haber hecho los deberes-irme a dormir. En mi época universitaria, lo único que hacía era quedar con mis amigos hasta bien entrada la noche-volvía a casa intentando no despertar a nadie para que no notaran que me había pasado de copas un martes cualquiera-no me duchaba-no cenaba-hacía lo imposible por alargar la hora de irme a dormir.

No es que me haya convertido en la típica pureta que no se mueve de casa en cuanto cae la noche, no. Pero creo que hoy va a ser un día de esos en los que:

-mi amigo Marmol no me viene a buscar "de sorpresa" a las 12 de la noche para ir a un parque y jartarnos de birras y arreglar el mundo en 2 horas mientras rallamos al vecindario entero jugando al pin-pon.

-mi amiga Ruth no sale del curro a su hora y no me lleva a algún garito extraño del Raval y nos lo chapan en las narices a la una de la noche y me vuelvo a casa medio pedo y más feliz que el regaliz.

-mi amiga Elena no está en la city y no me invita a unas bravas y a 6 cocacolas y no nos pasamos 3 horas hablando de ropa y de telebasura y del asco que nos da Paris Hilton.

-mi amiga Anna no me arrastra al starbucks o al cine o al irlandés más cercano y no me hace ligotear con el camarero mientras las heinekken van corriendo por mi esófago para luego irnos al shoko y ponernos ciegas de sake mientras ella me habla de Miami, de su ex, del señor de los anillos o de su complejo de Bridget Jones.

-mi amiga Elba no me invita a cuscús o a guacamole a cambio de que limpie los pipis de su amada perra Queen y no nos hacemos unas cuantas fotos y bailámos como idiotas el "beautiful" de Soop-Doggy-Dog en su habitación mientras sus compañeras de piso se preguntan qué hacemos ahí encerradas.

-mi amiga Elie no me invita a su casa a ponernos ciegas de comida china y a picarnos al Tekken con la Play mientras 'ahumamos' ilegalmente a André, 'el brasilero', y matamos unas cuantas neuronas de nuestros ya 'ahumados' hace tiempo cerebros, y el pobre sólo se dedica a cantarnos Alanis Morrissete con su guitarra y a preguntarnos mil veces la diferencia entre "mí" y "mío".

-mi amigo Guillem no me llama para quedar en el 'Fragments' porque "es jueves y hoy ya se puede salir y el Pimpi o el Lluís o el Sergi o el Xavi se van a pasar por ahí y estaría bien quedar un rato, no demasiado porque mañana curro pero es jueves y hoy ya se puede salir".

-mi amiga Africa no se curra un delicioso pica-pica para ver juntas las nominaciones de Gran Hermano, o las expulsiones, y no nos ponemos hasta el culo de vino y de tostadas con crema de aceitunas negras y de profiteroles, y grabamos música, o hacemos fotos, porque las dos somos géminis y tenemos los mismos gustos y hablamos y hablamos y hablamos, porque qué vamos a hacer sino hablar y hablar y hablar... (ella habla más que yo, que conste).

Hoy no va a pasar nada de esto.

Tampoco va a aparecer aquí mi príncipe azul, como por arte de magia... Aunque hoy no he besado al Thai (mi chuchillo querido del alma), y a lo mejor lo hago y me llevo una sorpresa y se convierte en Leonardo Dicaprio o en alguien que se le parezca (como cuando la pricesa besó a la rana y se convirtió en príncipe) y ya no tendría ganas de hacer nada de lo anteriormente mencionado con las personas anteriormente mencionadas porque lo único que me apetecería sería... (Piiiiii- no apto para menores).

Pero no, va a ser que hoy tampoco va a a pasar nada de esto.

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