miércoles, enero 12, 2005

El perro celestial

Diógenes de Sínope, llamado el Cínico, el Perro (413-323 a.C), fue desterrado de su ciudad natal por cuestiones econónimcas, hecho que tomó con cierta ironía: «Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse.»

Diógenes se caracterizaba por la ingeniosa manera de burlarse de las cosas y de los hombres, y despreció sistemáticamente todas las normas sociales, interpretando así la máxima: “Vivir de acuerdo con la naturaleza”. Igual que los perros, hacía sus necesidades en la calle y aún en las gradas de los Templos. Muchas veces los ciudadanos, indignados, lo molieron a palos, pero Diógenes el Cínico nunca se corrigió. Su filosofía prosperó varios siglos, hasta que el Cristianismo la dejó fuera de uso. Criticaba las diferencias de clase, predicaba el ascetismo. La tradición le ha atribuido osadía e independencia ante los poderosos, desdén por las normas de conducta social; según lo que de él se ha contado, vivía en un tonel. Se vestía ropas toscas, sus alimentos eran sencillos y pernoctaba en las calles. Un día un hombre le hizo entrar en una casa rícamente amueblada y le dijo: 'Sobre todo no escupas en el suelo'. Diógenes, que tenía ganas de escupir, le lanzó el lapo a la cara, gritándole que era el único sitio sucio que había encontrado para poder hacerlo.

En un viaje que realizó a Aegina fue secuestrado por piratas y llevado a Creta donde fue vendido como esclavo. Al preguntarle qué sabía hacer, respondió: "Mandar", y gritó al heraldo: "Pregunta quién quiere comprar un amo".

Según una historia popular, Diógenes caminaba por Atenas a la luz del día llevando una lámpara encendida buscando un hombre honesto.

En otra ocasión, se dice, mantuvo una inesperada entrevista con Alejandro Magno, quien empezó la conversación así: "Yo soy Alejandro Magno"; el filósofo contestó: "y yo, Diógenes el cínico". Alejandro entonces le preguntó de qué modo podía servirle. El filósofo replicó: "Puedes apartarte para no quitarme la luz del sol". Alejandro, dicen, se quedó tan impresionado con el dominio de sí mismo del cínico que se marchó diciendo: "si yo no fuera Alejandro, querría ser Diógenes". Según la tradición, murió en Corinto el mismo día que Alejandro.

(Esto es más o menos lo que he encontrado por Internet en mi búsqueda de este autor. ¿Os gustaría saber más de él, verdad? A mí también.)

4 comentarios:

zinktuais dijo...

Vaya! estás muy puesto/a en filosofía! Gracias por la información. Supongo que muchos mitos serán falsos. Voy a intentar conseguir más información sobre Diógenes y los Cínicos y me parece que la mejor manera es leerme al otro Diógenes (de Laercio), espero que no me defraude. Gracias de nuevo! :-)

Anónimo dijo...

Como ya se ha dicho por aqui,las anecdotas de Diogenes son en su mayoria mitos,en mi opinion su misma figura es un mito,la del vagabundo antisocial,que es como es por naturaleza y quiere ser asi,una alegoria a la busqueda de los principios en el mismo interior del individuo y a su vez una profunda critica a los excesos sociales.Es sencillamente la encarnacion de el incorformismo extremo,un filosofo prohibido que desde la sencillez y la humildad relativas consigue convertirse en una figura clave,cuya influencia perdura hasta nuestros dias,siendo un modelo "imitado" por los actuales criticos sociales(en mi opinion sobre todo artistas)lo que plantea el problema.¿se puede volver convencional un movimiento anticonvencionalista?piensen!

Anónimo dijo...

si quieren conocer mas acerca de Diogenes y los cinicos lean el libro de Michel Onfray acerca de los filosofos Perros..

bm dijo...

como muchos personajes, mas bien simbólicos, como homero,como el mulah nasrudim,como lao tse, van mas allá de la "historia" y sus supuestas certezas, van dejando sus enseñanzas, de la sophia perennis, como guías de vida, como otra manera de estar en el mundo, como señales de una realidad otra, que nos permite salir de la ilusión y el conocimiento que nos condiciona y nos hace repetir, como en un looping, la farsa que no nos deja despegar hacia vuelos mas altos, la maravillosa aventura del vivir sin cortapizas! bienvenidos esos trozos de la oralidad que nuestra razón,nuestra pobre ratio occidental, pared a pared la razón oprime, intenta excluir y negar!